Desde el punto de vista geológico, la isla de Menorca se divide en dos partes muy diferentes: la Tramuntana y el Migjorn. La línea divisoria entre estas dos partes sigue aproximadamente el trazado de la carretera de Maó a Ciutadella, desde la primera ciudad hasta el Pla Verd, punto en el que se separa de la carretera y se dirige hacia la costa llegando hasta cala Morell. En el lado norte de esta línea imaginaria, la Tramuntana, los terrenos son de la era primaria, los más antiguos de las Baleares, y de la era secundaria. El relieve es suave en forma de pequeños montículos redondeados y las costas son accidentadas, con muchos entrantes -calas-, y salientes -cabos-, y generalmente bajas. En el lado sur, el Migjorn, los terrenos pertenecen a la era terciaria y constituyen una extensa plataforma calcárea con un relieve más plano. Las costas son rectilíneas, con importantes acantilados y playas largas y abiertas. Un sistema de barrancos surca esta plataforma en el sentido norte-sur, dando lugar a playas más o menos grandes y zonas húmedas en las desembocaduras.