La primera parte de la etapa transcurre por una de las zonas costeras más llanas de la isla. En la segunda parte de la etapa, en el extremo más oriental de la isla, el camino se desvía hacia interior, apartándose de la línea de costa. El relieve de esta zona es en general llano, solamente interrumpido por algunos pequeños barrancos. El paisaje en mosaico está formado por rodales de acebuches y monte bajo que se alternan con las tierras de cultivo y pasto, cambiando radicalmente, al aparecer las depresiones de los pequeños barrancos.
Éste es el caso del Caló de Rafalet, en su barranco, destaca la presencia de un encinar bien desarrollado, en los barrancos de Binissaida o en los de Cala de Sant Esteve, la vegetación más importante es un bosque de acebuches que, al estar protegido del viento llega a alcanzar una gran altura. En algunas calas, como en la de Alcalfar, es posible observar vegetación dunar; pero también en estos puntos de costa más baja, es donde mejor se puede observar la vegetación de primera línea, formada principalmente por siempreviva azul (Limonium spp.) e hinojo marino (Crithmum maritimum). A lo largo del camino también son frecuentes los roquedales de piedras calcáreas
con poca tierra, en algunos de ellos se forman estanques temporales, que ostentan un gran valor ambiental por la elevada biodiversidad que concentran.
Características
Distancia: 7,30
Dificultad: Baja
Desnivel:
