La isla es un paraíso para todas las edades y de forma especial para los niños, que se irán con un mágico recuerdo. Aparte de los parques, piscinas y actividades infantiles de hoteles y apartamentos, el mejor lugar para divertirse es la playa. La alta seguridad de las calas de Menorca hace que los pequeños puedan jugar con tranquilidad en la arena o subirse a unas colchonetas para mecerse en pequeñas olas. Las playas situadas en alguna urbanización ofrecen servicios complementarios como vigilancia y socorrismo, duchas, bares, alquiler de patinetes y velomares, etc.
Otra opción es dar un paseo guiado en barco o directamente alquilar uno para visitar las calas y playas a su ritmo, o bien probar una sesión de buceo o el kayak. También hay excursiones a caballo para niños y la posibilidad de hacer pequeñas rutas de senderismo por el bosque. Las visitas culturales a monumentos talayóticos pueden ser igualmente interesantes. Y para terminar, una excelente propuesta es refrescarse y divertirse en algún parque acuático. Irresistible.